Dice el viejo dicho: «Más vale prevenir que curar». Previniendo catástrofes entonces, es obligación de humanos el saber configurar los navegadores para que el sistema operativo guarde nuestras descargas donde nosotros queramos.
La treta consiste en asignarle una ruta de descarga por omisión ("Guardar archivos en" o "Ubicación de la descarga") y a la vez tildar la casilla de verificación "Siempre preguntarme dónde guardar archivos" o "Preguntar dónde se guardará cada archivo antes de descargarlo" (Firefox y Chrome, respectivamente).
Firefox
Chrome
Ejemplo
Bajaremos la Ley 11.723 en formato A5. Vamos a la entrada y hacemos clic en el enlace que lleva a la descarga.
Se abre una pestaña nueva con la visualización del archivo en cuestión. Clic en "Descargar".
En Firefox, se abre una primera ventana emergente que nos permite decidir qué hacemos con el archivo. Seleccionamos "Guardar archivo".
Luego, tanto en Firefox como en Chrome, aparece una ventana emergente que nos permite especificar tanto el sitio donde queremos guardar el archivo como su nombre. Así de simple.
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